Logan Plant, fundador de Beavertown, se inspiró en las cervezas de su región natal, las Midlands o Tierras Medias inglesas, conocidas en el Reino Unido por su tradición cervecera. Cuando solo tenía 20 años, Logan soñaba con montar una cervecería, pero dejó ese sueño de lado porque durante los diez años siguientes se dedicó a recorrer mundo como músico. Finalmente volvió a su visión original y, junto con su mujer, abrió un pub en el este de Londres donde elaboraba su propia cerveza artesanal: unos 800 litros por lote, una vez a la semana.
Hoy, diez años después, este inicialmente pequeño proyecto se ha convertido en algo mucho más grande: Beavertown cuenta ahora con varios locales en Londres, incluida una microcervecería en el estadio del Tottenham Hotspur, donde su cerveza se vende a los aficionados del club. Su expansión más reciente tuvo lugar en 2022, con la puesta en marcha de su más reciente y mayor fábrica de cerveza, una planta Steinecker totalmente automática con un volumen de bombeo de mosto caliente de 150 hectolitros. Aquí nace una nueva (e innovadora) creación cervecera cada mes, sin olvidar su surtido principal de siete variedades de cerveza artesanal durante todo el año y su “Barrel Programme”, con el que las cervezas son almacenadas y maduradas en barricas de vino.