“Vaya, una gran idea y una gran tecnología, pero ¿cómo puedo ganar dinero con ella?”. El Dr. Ralph Schneid, de Steinecker, ha escuchado muy a menudo esta pregunta por parte de los clientes. Y es que parte de su trabajo consiste en traducir el entusiasmo de su equipo por esta innovación en beneficios tangibles. Su máxima: cuanto más innovador sea el producto, mayor será la necesidad de comunicación. Esto es particularmente evidente en el último desarrollo de Steinecker: Phoenix BMC. Este dinámico nombre pertenece a una planta de conversión de biomasa que ofrece a los gestores de cervecerías nuevas oportunidades de negocio, tal como explica Ralph Schneid: “El sistema extrae un hidrolizado proteico de alta calidad a partir de residuos orgánicos procedentes de la cervecería. Así que eso significa que los subproductos del proceso de elaboración de la cerveza, que antes apenas se utilizaban o se desaprovechaban por completo, ahora pueden transformarse en una valiosa materia prima que podrá destinarse a otras aplicaciones industriales”.
Ya sea en ferias de muestras o congresos, la respuesta de los expertos ha sido positiva en todos los ámbitos. “La concienciación sobre los recursos ya está muy presente en la industria cervecera”, afirma Ralph Schneid. “Y nuestros clientes se muestran pues abiertos a explorar esta opción”. Sin embargo, no basta con el suprarreciclaje. Porque para que la inversión en Phoenix BMC sea rentable, también tienen que existir compradores del producto final. Y es precisamente en este punto donde numerosas cervecerías se siguen topando con sus límites, porque el mercado del hidrolizado de proteínas se encuentra fuera de sus canales de distribución tradicionales, por lo que primero hay que identificar dichos canales y desarrollarlos.
Para facilitar el proceso a sus clientes, Steinecker participó en la iniciativa “1.000+”, impulsada por la Universidad Técnica de Múnich. Esta reúne a estudiantes y empresas con el objetivo de desarrollar nuevos planteamientos y soluciones. Las reglas del juego son claras: la empresa describe un problema real de su práctica operativa y diseña un programa para una semana de proyecto. En él participan hasta cinco jóvenes talentos de esta escuela superior que colaboran con expertos seleccionados de la empresa para desarrollar soluciones concretas al problema inicial.
Los estudiantes no solo cumplieron nuestras expectativas, sino que las superaron con creces. Para nosotros fue una gran experiencia apoyar a este excepcional equipo. Dr. Ralph SchneidDirector de Desarrollo de Steinecker