Años de desarrollo con logros técnicos pioneros
Hermann Kronseder funda una pequeña fábrica de etiquetadoras en Neutraubling, a las afueras de Ratisbona (Alemania). En pocos años consigue convertirse en uno de los principales proveedores de etiquetadoras de botellas gracias a las innovaciones técnicas.
Hermann Kronseder empieza con la producción de etiquetadoras. En el taller construido por él mismo en una superficie de aproximadamente 100 m² se fabrican las primeras etiquetadoras semiautomáticas. El maestro mecánico y electricista dispone de un torno, una mandrinadora, una taladradora y un bloque de lijado como útiles de trabajo.

Ya desde el principio de sus actividades comerciales Hermann Kronseder apuesta por el reconocimiento de su marca: Pronto después de la fundación de la compañía en el año 1951 se crea el primer logotipo de la empresa. Muestra una "K" estilizada para "Krones", coronada por un fragmento de una rueda dentada.
Una máquina compuesta por solo 150 piezas: La St 1500 fabricada de acero etiqueta 1.500 botellas por hora con seis soportes para botellas. El modelo siguiente llamado Piccolo, con una carcasa cerrada de fundición y una mesa portaenvases de metal ligero, ya procesa 2.100 botellas por hora.
Con el modelo Super, Krones ofrece una novedad: El etiquetado completamente automático de botellas colocadas de pie posibilita unos rendimientos de hasta 4.500 botellas por hora. El mayor rendimiento resulta de la "postura erguida", por primera vez las botellas se etiquetan en posición vertical y no horizontal. De esta forma termina el laborioso poner y quitar manualmente las botellas.
En esta demostración de la etiquetadora Super, se coloca una etiqueta de hombro y otra para tapón mecánico en las botellas. Después de la compresión de las etiquetas, las botellas pasan a una mesa de salida.
Con la encajonadora y la desencajonadora, Krones muestra unas soluciones inteligentes para otros sectores de la empresa embotelladora con un rendimiento de hasta 1.800 cajas por hora. Las nuevas encajonadoras son muy interesantes para las cervecerías japonesas. Sin embargo, este campo de negocios se paró a mediados de los años 1960 para concentrarse en un desarrollo más intenso de las etiquetadoras.
Las botellas llenas se dividen en calles en la mesa de introducción y se transportan hasta la encajonadora. En ella, los cabezales de agarre levantan las botellas y las colocan en la caja de madera preparada automáticamente.
Apilar unas botellas con tapón mecánico de 800 gramos en cajas de madera es la tarea diaria de los almaceneros en los años 1960. Con la máquina Stapelmax, Krones alivia el trabajo y aumenta el rendimiento. Se pueden mover de forma sencilla y eficiente 1.200 cajas por hora en el almacén.
En una cinta transportadora se van introduciendo las cajas a la Stapelmax una por una. La máquina levanta la primera caja que llegue para colocarla sobre la siguiente. Este proceso se repite hasta que se haya alcanzado la altura deseada de la pila.
En la etiquetadora Rotix, el cilindro de transferencia con boquillas de vacío toma la etiqueta del cargador y la pasa por delante del rodillo encolador fijo. La botella es etiquetada durante el transporte. Con 50.000 botellas por hora es la etiquetadora más rápida del mundo de entonces.